Sus records no son nada espectaculares, no ha inventado ningún arte marcial, no era el mejor en el suelo, su guardia era muy defectuosa,... ¿por qué, entonces, calificarlo de Gran Maestro?
Kazushi Sakuraba era un genio de la improvisación, la creatividad sobre el ring. Recuerdo sus primeros combates en el Pride, era los que yo esperaba con más espectación, porque verle era un auténtico espectáculo, nunca sabías cómo te iba a sorprender.
Recuerdo especialmente el combate contra Vitor Belfort, que esperaba enfrentarse al Sakuraba wrestler que todos conocíamos. Belfort conocía bien la distancia del Wrestling, estaba familiarizado con ella y la controlaba debido a sus conocimientos de brazilian jiu-jitsu, pero además tenía un dominio de puños que podía inclinar la balanza a su favor, posíblemente tuviera los puños más rápidos de las mma, así que preparó el combate desde esa premisa, cosa que, al parecer, Sakuraba tenía previsto, así que él preparó el combate de manera muy diferente. El día del combate Vitor quedó totalmente descolocado cuando Sakuraba sorprendió a todos con una serie de patadas que nunca (hasta entonces) había mostrado. Así como Belfort había trabajado para el combate teniendo en cuenta las herramientas que disponía uno y otro, Sakuraba se dedicó a trabajar una nueva distancia que Belfort no controlaba y nadie contaba con que un wrestler como él lo hiciera, un trabajo intensivo en kick boxing fué el factor sorpresa decisivo, y una prueba de la superioridad de la estrategia sobre la técnica, una prueba de que el combate empieza antes de subirse al ring.
Otro combate que recuerdo con admiración es el que mantuvo contra Royce Gracie, donde se dedicó a utilizar el gi de su oponente a su favor, tanto para realizar técnicas como para desequilibrarlo psicológicamente, simulando un striptease de su oponente.
Y es que una de las razones por las que Sakuraba es considerado por muchos como uno de los grandes es porque fue la piedra en el camino de los Gracie, con victorias sobre Royce, Ryan, Renzo y Royler fue conocido como "The Gracie Hunter". La derrota de Royler Gracie a manos de Sakuraba (por cierto, con un hammerlock invertido, la misma técnica que Kimura usó para derrotar a Hélio Gracie décadas atrás) fue la primera derrota de un Gracie a manos japonesas en 48 años. A mi siempre me llamó mucho la atención el hecho de que los Gracie, siendo occidentales, fueran el estandarte de un arte marcial con orígenes orientales, y fuera un oriental que practicaba un arte marcial occidental el que les paró los pies. Cosas de la Globalización.
Mucha gente mantiene que no era nadie especial, sólo un japonés sobrevalorado, pero sus victorias sobre gente como Quinton Jackson, Kevin Randleman, Guy Mezger o Carlos Newton creo que no dicen lo mismo. Yo, por mi parte, y aunque ahora no esté en su mejor momento, siempre recordaré su improvisación, su espectáculo, sus presentaciónes a medio camino entre el humor y la estrategia, sus manotazos de mono, sus saltos sobre oponentes en el suelo, sus azotes en el trasero de su oponente,... no digo que fuera el mejor, pero era sin duda alguna el luchador más original que ví en mucho tiempo.